Recordamos las canciones de los cabezudos, conocimos sus historias y el por qué de sus nombres; conocimos a los gigantes y creamos un móvil de nuestro gigante favorito. Además, cada clase realizó una versión del cartel de las fiestas.
El último día de clase, por la mañana, tuvimos un almuerzo en el patio de los mayores, quienes sacaron a los cabezudos; por la tarde, nos sorprendieron unos gaiteros que vinieron a nuestro patio y, de repente, aparecieron los cabezudos de verdad. ¡Cómo corrimos!
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